No puedo pasar por delante de un contenedor de basura sin echar un vistazo rápido para ver si hay algo rico. Hace unas semanas cogí una preciosa tabla de andamio vieja del contenedor de mis vecinos, sabiendo que encontraría algo que hacer con ella.
Pues bien, cuando una de mis viejas sillas se rompió, no me limité a tirarla, sino que supe que podía juntarla con la tabla de andamio para hacer un mueble único e impresionante.