Upcycle de mesa de comedor antigua: La belleza en la bestia
Handan y yo pasamos mucho tiempo buscando muebles feos en ventas de etiquetas, en Craigslist y en Put & Take. Recogemos estas cosas tristes, estos náufragos y restos, estos hijastros pelirrojos de la madera y el pegamento, y nos esforzamos por liberar la belleza cautiva en su interior. Esta belleza puede estar enmascarada por manchas o garabatos de Crayola. Puede estar oculta bajo capas de pintura azul marino y coral descolorida de 1985, u oculta tras una pátina descascarillada de pegatinas de Mi Pequeño Pony. La belleza puede estar sofocada por décadas de suciedad o marcada por llaves, garras y niños. Cada pieza torturada encierra una perla. Lo divertido es encontrar la perla. Normalmente es obvio y fácil: lijar y teñir o imprimar y pintar. A menudo tenemos que reparar, sustituir o fabricar. Pero a veces encontramos la perla escondida en lo más profundo.
En un húmedo sábado de verano que prometía lluvia antes de que cayera la noche, nos topamos con una venta de etiquetas. Las mesas plegables de la entrada albergaban el habitual surtido de libros viejos, herramientas oxidadas, electrodomésticos arcaicos y cachivaches acumulados. El garaje albergaba algunas piezas más grandes: una lavadora de los años 40, un piano vertical tosco, un pesado escritorio con tapa, una hermosa guitarra Les Paul Standard (lamentablemente a precio de mercado, no de etiqueta) y una mesa de comedor. Una mesa de comedor fea y rayada. Pero estaba hecha de madera auténtica y se decía que era una antigüedad. Handan se fijó en ella y negoció un precio de 5 dólares. No puedo estar seguro, pero creo que pueden haber utilizado la mesa como pista de patinaje.
Handan vio enseguida el potencial de dos mesas de consola, pero yo tenía la idea de lijar toda la madera y volver a pulirla, devolviéndole su antiguo esplendor como mesa de comedor formal. Compré una lijadora de banda manual e inmediatamente destruí cualquier esperanza de devolver a la mesa su forma original. Os preguntaréis por qué elegí una lijadora de banda. ¿No habría bastado con una lijadora orbital? Son sólo arañazos, ¿verdad? Sí, pero... PERO. ¡Los dos surcos que recorren la mesa no están alineados con los surcos de las hojas! No soy un obsesivo compulsivo, pero no puedo soportar un defecto como este. Véalo usted mismo:
Mi solución fue lijar la mesa más allá de las líneas de las ranuras. Las cosas empezaron bien. Creo que...
...pero terminaron mal. Los surcos eran más profundos de lo que parecía, y la lijadora de banda es una perra cruel e implacable. En mi febril afán por erradicar cualquier rastro de los desgraciados surcos, no me había dado cuenta de que la parte trasera de la lijadora había eliminado vastas franjas de cantos fresados. Necesitaba un nuevo plan.
Pensando que podría restaurar la mesa, decidí pasarla por la cepilladora. Pero mi cepilladora sólo tenía 12 pulgadas de ancho, así que tendría que cortar el tablero en piezas manejables. Quité todos los deslizadores de extensión, los soportes y los cierres de debajo de la mesa y desatornillé la parte superior. Eso me dejo con dos extremos semicirculares y tres hojas. Despues de cortar los extremos por la mitad, cepille todo pasando por las dos ranuras.
Pegué las piezas de los extremos y volví a colocar el tablero sobre las patas.
Y aquí es donde perdí completamente el interés en restaurar la pieza como mesa de comedor. La verdad es que no me gustaba el aspecto de la mesa. La madera era bastante bonita, pero las patas dobles parecían anticuadas, y no me gustaban las curvas y los arcos para una mesa de comedor. Recordé que Handan quería hacer mesas de consola, así que cambié de marcha y orienté el proyecto en esa dirección. Corté las piezas de los extremos por la mitad (¡otra vez!), corté los soportes laterales de la estructura y me puse a trabajar con la lija. Hice mucho lijado a mano en esta pieza. No sé por qué, pero me pareció bien lijar a mano.
Fue aquí donde decidí que una incrustación de turquesa quedaría muy bien en esa mesa, así que me metí en internet y miré los precios de la turquesa triturada. ¡Caramba! ¡17 dólares por una onza! Quería roca triturada, no plata de ley. Entonces, ¿qué hacemos cada vez que nos asusta el precio? Sí. Aprender a hacer DiY. Una rápida búsqueda en Ebay produjo unos cuantos vendedores ambulantes de piedra turquesa en bruto y turquesa mezclada con otros minerales. Conseguí algunos trozos de turquesa y algunos trozos de una mezcla de turquesa y crisocola. Compré un pequeño tubo negro en Home Depot para triturar la piedra, y luego la cribé y clasifiqué en cuatro categorías.
Elegí un patrón simple de agujeros alternados de 1 1/2 y 1/2, principalmente porque tenía brocas Forstner de esos tamaños, y los círculos parecían más fáciles de manejar que cualquier otra forma. Lamentablemente no tomé fotos de todo el proceso de incrustación, pero resumiré los pasos. Documentaré los pasos en un futuro post cuando vuelva a abordar un proyecto de incrustación. Despues de que los agujeros fueron perforados a una profundidad de aproximadamente 1/4, los rellené con una mezcla de todos los grados de piedra triturada. Con la piedra triturada asentada justo por encima de la superficie de la mesa (en otras palabras, la piedra triturada sobresalía un poco de la superficie), rocié un poco de super pegamento y dejé que todo el lío se asentara durante un tiempo. Luego vino la parte difícil: el lijado. Se necesita mucho tiempo y aún más papel de lija para alisar la turquesa. Empecé con una lijadora orbital aleatoria, pero no funcionaba, así que pasé la pieza a mi lijadora de banda de pie. Esta es la hermana mayor de la lijadora de banda manual. Es muy potente y quita una tonelada de material muy rápido, así que hay que tener cuidado. Hizo un gran trabajo al quitar el exceso de material en poco tiempo. Después de que la lijadora de banda hizo la mayor parte del trabajo, utilicé la lijadora orbital para pulir la piedra y dejar el resto de la mesa lisa y lista para el acabado, pero primero fijé la parte superior a la base con pegamento para madera y dos pequeños soportes en L.
Se trata de caoba, por lo que teñirla sería un crimen. Simplemente cogí una lata de mi Wonder Finish y dejé que la belleza natural brillara.
Pasando a la base, pensé que un blanco sencillo compensaría y complementaría el rojo intenso de la caoba y el azul/verde de la turquesa. Después de dos capas de pintura a la tiza casera de Handan, resalté algunos hoyuelos cosméticos en la madera original con una pintura de color similar al de las incrustaciones. Handan dio un acabado a la base con cera blanda transparente Annie Sloan y la pulió con fuerza hasta que brilló con un suave resplandor.
Un primer plano de una de las incrustaciones. ¡Bonitos colores!
Y así, la Bella fue liberada de la Bestia.
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Este proyecto fue traducido del inglés
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