Cómo hacer estampados ecológicos únicos con un vaporizador

Craft Invaders
por Craft Invaders
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Fácil
¿Has oído hablar alguna vez de la ecoimpresión? La ecoimpresión es el proceso de utilizar materiales vegetales naturales como hojas, flores y cortezas para teñir papel o tejidos. Por su propia naturaleza, cada uno es único, y el proceso es una excelente manera de aprender más sobre el entorno natural, entre otras cosas porque todo empieza con un paseo para recoger los materiales.

He leído algunos artículos sobre la elaboración de huellas ecológicas. En todos ellos se habla de envolver el elemento natural (hojas y flores) en el material sobre el que se quiere imprimir (papel y tela) y de cocerlo al vapor o hervirlo durante al menos un par de horas. Todo esto parece muy sencillo, así que pensamos en probarlo.
El consenso general parece ser que hay que utilizar un mordiente para favorecer la adherencia de los colores cuando se hacen impresiones ecológicas. El alumbre (sulfato de aluminio y potasio) parece ser el mordiente preferido, así que pedí un poco de papel de acuarela sin ácido, que esperaba que fuera lo suficientemente resistente como para soportar el vapor.


Después de decidir que no iba a meter el papel A4 en nuestra pequeña vaporera redonda, busqué una alternativa. Compré este viejo hervidor de pescado hace años en un mercadillo de coches, y desde entonces ha estado en la parte superior de un armario, así que estoy encantada de que por fin se le dé un uso. Podíamos meter el papel en el vaporizador doblándolo a lo largo, así que eso es lo que decidimos hacer.


El alumbre venía con instrucciones para utilizarlo como mordiente para textiles. Yo quería utilizarlo en solución para preparar el papel poniéndolo en remojo antes de añadir las hojas. Leí atentamente las instrucciones y decidí que ¼ de taza era lo más adecuado para un par de litros de agua y así lo hice. Dejamos el papel en remojo en la solución de alumbre durante unos 10 minutos, antes de colocar las hojas y las flores en el papel húmedo, apilando las páginas en un paquete que aseguramos con cartulina y cuerda.


Una vez que el paquete estaba colocado en la parte superior de la vaporera, con agua debajo de la rejilla, pusimos la tapa y la lastramos para evitar que el papel se levantara. Para simplificar, decidimos ponerlo en el horno en lugar de en la placa y lo dejamos "cocer" durante un par de horas.


Y aquí están los resultados


Puedes ver que algunas de nuestras hojas funcionaron mejor que otras, y en algunos casos no se imprimieron tan bien en la capa doblada.


Pero, en general, estamos encantados con los resultados y, sin duda, seguiremos explorando esta técnica.


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Este proyecto fue traducido del inglés