Esta mesita de picnic es tan dulce. ¿Quién no querría salvarla? Especialmente cuando la reparación de una mesa de metal oxidada es mucho más fácil de lo que se piensa. Esta mesa llevaba años oxidándose en casa de mi abuela. Mi padre pensó que no se podía rescatar. Así que la añadió a su montón de chatarra. Pero, la vi en una visita reciente y me di cuenta de que podía salvarla fácilmente.
Tenía pocos días y herramientas limitadas, pero aún así fue un trabajo rápido y fácil. Así que no te preocupes, tú también puedes hacerlo. Todo lo que necesitas lo puedes encontrar en Internet o en tu ferretería local. La parte más difícil es quitar todo el óxido. Pero fregar un poco no está tan mal, ¿verdad? Merece la pena cuando veas tu nueva y mejorada mesa. Así que, ¡manos a la obra!
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