En defensa de la vara de oro

Qué caso más triste. La pobre vara de oro sólo intenta hacer del mundo un lugar más bello y alimentar a unas cuantas mariposas y abejas afortunadas. De repente, un caso de error de identidad tiene a esta buena planta a la defensiva... ¡y parece que pierde terreno!
Esto es vara de oro.
Todo empezó cuando alguien se resfrió. No era un resfriado, era fiebre del heno. El nombre por sí solo es un nombre equivocado: no hay heno en el barrio, ni había fiebre... ¡sólo alergias estacionales! La víctima que sufría se asomó a la ventana, tratando de vislumbrar al agresor, y vio la vara de oro en todo su esplendor. Todos conocemos el peligro de la suposición.
Esto es ambrosía.
Al no conocer la identidad de la vara de oro, nuestra víctima visitó a un alergólogo (¡definitivamente NO un horticultor!) sólo para que le dijera que la planta problemática es la ambrosía. Al volver a casa, la víctima se dirigió al garaje, dio gas a la recortadora de hilo y procedió a eliminar todas las varas de oro del vecindario mientras maldecía la ambrosía. No hay ganadores en esta trágica historia.
Esto es ambrosía.
La vara de oro (Solidago spp.) y la ambrosía (Ambrosia spp.) no deben confundirse. Aunque ambos géneros pertenecen a la familia de los ásteres, la vara de oro tiene una vistosa flor de color amarillo brillante y la ambrosía tiene una flor de color verde cremoso muy apagada en comparación. Aunque el tamaño de algunas especies de vara de oro y de ambrosía puede ser similar, el follaje y las formas de las plantas son diferentes. En resumen, no se parecen y la única forma de confundirlas es partiendo de la base de que es la cosa amarilla la que nos hace estornudar.

Este proyecto fue traducido del inglés