Por Judy Schumer
Si le preguntas a una persona promedio cómo limpiar un espejo, es muy probable que recibas la respuesta: "¡Con Windex y toallas de papel!". Lo que la persona promedio puede no saber es esto: ese método no limpiará su espejo tan bien como los limpiadores caseros, y puede hacer que su espejo se ensucie más rápido.
El amoníaco es un ingrediente común en la mayoría de los limpiacristales comerciales, y de hecho puede dejar un acabado rayado y empañado en el vidrio. Algunos limpiadores comerciales también tienen una cantidad desproporcionada de jabón en ellos, dejando un residuo que atrae las partículas de polvo a su espejo.
Los ingredientes de los limpiadores caseros, como el vinagre, el zumo de limón y el jabón para platos, eliminan la suciedad y la mugre y dejan un brillo sin rayas. El vinagre también ayuda a eliminar los gérmenes y las bacterias. Añadir unas gotas de aceite de árbol de té a tu limpiador casero ayuda a prevenir el moho y añade propiedades antibacterianas. Lo que utilices para limpiar el espejo también marca la diferencia en cuanto a la limpieza y el mantenimiento del mismo.
Sigue leyendo para conocer nuestros métodos probados para limpiar un espejo y conseguir espejos relucientes que se mantengan limpios durante más tiempo.