Así que soy un poco acaparadora de cajas de cartón (nunca se sabe cuándo se puede necesitar una, ¿verdad?) y a lo largo de los años he conseguido coleccionar unas cuantas. Ha llegado el momento y por fin me he decidido a darles un uso y no se me ha ocurrido nada mejor que un lugar acogedor para nuestro gatito.
El proyecto fue bastante fácil, barato y creo que el gatito lo aprueba ya que pasa la mayor parte del tiempo en él ;)