Mi Cornucopia

por Vicky Kloppenborg

Un rápido reciclaje de una vieja cornucopia de mimbre es una forma divertida de servir algunos dulces especiales de Acción de Gracias.

Lo sé, me he quedado corta con este post, ya que sólo faltan 3 días para el Día de Acción de Gracias. En realidad no era algo que había planeado, simplemente sucedió.

Estaba husmeando en la venta de garaje de mi hermana, el mes pasado, y encontré una cornucopia de mimbre en la caja "gratis". Me hizo sonreír al recordar lo emocionado que estaba mi nieto, Kyle, cuando las conoció en preescolar hace un par de años. Le encantaba decir la palabra y la utilizaba todas las veces que podía en las conversaciones. Todos nos reímos mucho. De todos modos, lo cogí pensando en él.

Pensaba llenarla con algunas calabazas pequeñas y una ramita de otoño, pero no me entusiasmaba. Entonces, al pasar por delante de él el viernes (hace 2 días), pensé en que a mi hija le encanta decorar para todas las fiestas. Decidí convertirlo en un regalo. Lo adornaría para ella y lo llenaría de golosinas para los niños. Ahora tenía mi atención ..

Sin preocuparme de llegar a todos los rincones, le di una rápida mano de pintura blanca. Una vez seca, la lijé ligeramente con una lija gruesa para eliminar un poco de pintura y darle un aspecto desgastado. Al no querer usar una ramita floral, opté por unas hojas de metal que llevan años por aquí. Parece que originalmente venían de Walmart, pero no sé si es ahí donde las conseguí. Las hojas eran demasiado brillantes, así que las oxide. Me encanta cómo quedaron. Las rocié con un sellador transparente para proteger su nueva pátina.

Recorté la parte superior de una piña para hacer una pequeña flor de piña, y luego resalté los bordes con un pincel seco con un poco de pintura blanca.

Para mantener la sencillez, sólo utilicé dos hojas. Recorté sus tallos de alambre y los fijé con alambre al mimbre. Un toque de pegamento caliente mantiene la flor de la piña en su sitio.