Globo de nieve reciclado

Los globos de nieve son tan hermosos y mágicos. Es como tu propio país de las maravillas invernal, ¡incluso si no nieva en tu zona! Este es un proyecto fácil en el que incluso a los niños les encantará ayudar, y también sería un bonito regalo para compartir con otra persona. Todo lo que necesitas son unos cuantos materiales sencillos que puede que ya tengas a mano.

Primero, empieza con mantequilla de cacahuete. Cualquier tipo sirve, pero Peanut Butter & Co. Smooth Operator Peanut Butter ha sido mi favorita últimamente. Sabe muy bien, tiene 7 g de proteína por porción y no contiene gluten. La mantequilla de cacahuete es perfecta para almuerzos fáciles y también la utilizo para hornear (¡pronto os daré algunas recetas!).

Lava bien el tarro y la tapa con jabón para eliminar toda la mantequilla de cacahuete. Sécalos completamente. Utiliza un poco de pintura en spray para cubrir la parte superior e inferior de la tapa. Yo he utilizado un dorado metálico. Deja secar la pintura y añade otra capa si crees que necesita más cobertura.

Ahora viene lo más divertido: ¡recoger los materiales con los que llenar la bola de nieve! Eché un vistazo a la sección de miniaturas y accesorios navideños de la tienda de manualidades, ¡asegúrate de buscar cosas que quepan en el tarro! Encontré este adorable gnomo de 7 cm de alto que sostenía un árbol de Navidad y un paquete de copos de nieve brillantes. También cogí un recipiente de purpurina blanca gruesa.

Para preparar la figura del gnomo antes de añadirla al agua, le di una capa de pintura transparente en spray para asegurarme de que quedaba sellada. Las figuras de cerámica se pueden usar tal cual, pero yo quería asegurarme de que la pintura no manchara (nunca se sabe) y de que la purpurina cerca del pie se mantuviera en su sitio. Deja que la figura se seque por completo.

Añade una línea de adhesivo alrededor de la parte inferior de la tapa del refresco. Dale la vuelta a la tapa del tarro de mantequilla de cacahuete y coloca el gnomo/tapa en el centro de la tapa. Mantenlo en su sitio durante uno o dos minutos. De nuevo, deja que se seque por completo, ¡toda la noche si es necesario!

No quería que la tapa se viera demasiado, así que añadí un poco de pegamento caliente alrededor de la base. Añadí un montón de pegamento alrededor de la base del gnomo, ¡pero asegúrate de dejar algo de espacio alrededor del borde! Mientras el pegamento estaba húmedo, espolvoreé un poco de purpurina blanca. Cuando el pegamento se secó, añadí un par de capas más de pegamento y purpurina para que pareciese que el gnomo estaba sobre un montón de nieve en lugar de un montoncito.

Cuando el pegamento se haya secado, coloca el tarro boca abajo sobre la figura y asegúrate de que puedes girarlo para cerrarlo. Si el pegamento estorba, puedes cortarlo con cuidado con un cuchillo de manualidades. Es muy importante que puedas cerrar el tarro por completo.

Ya estamos listos para hacer magia. Llena el tarro casi hasta arriba con agua caliente y añade 1-2 cucharadas de glicerina (que encontrarás en las secciones de repostería o en la farmacia) o sirope de maíz light. Remueve bien para mezclar. El agua sola funcionará bien, pero la glicerina ayudará a que la purpurina caiga al fondo de la bola de nieve un poco más despacio.

Añade los copos de nieve y espolvorea la purpurina. Recomiendo las purpurinas gruesas en lugar de las finas. Las purpurinas finas parecen enturbiar el agua y no se ven caer tan bien como las purpurinas más gruesas. Remueve con cuidado las purpurinas un poco en el agua para mezclarlas con el agua y ayudar a eliminar algunas de las burbujas de aire.

Tapa lentamente el tarro. Vigila el agua: si parece que está a punto de desbordarse, quita la tapa y retira una cucharada de agua. Repite la operación hasta que puedas enroscar bien la tapa sin que salga agua. Así evitarás que queden burbujas de aire en la parte superior de la bola.