Hola, mi hermana (sí, la misma de la que habrás leído antes) dejó la mesa de abajo en mi casa diciendo "No sé por qué compré esto hace años pero ahora lo odio". Le eché un vistazo y supe que sería perfecta para una de sus nietas. ¿No te encanta cuando eso sucede?
Fue muy fácil convencerla de que pagara la pintura y los gastos imprevistos para crear un recuerdo para la pequeña Emily.