Cómo replantar las plantas de interior

Para permitir que el sistema radicular natural de una planta se desarrolle y expanda, las plantas de interior deben replantarse periódicamente. El proceso de trasplante tiene como objetivo mejorar la retención de agua y, al mismo tiempo, sirve para realizar una revisión general que le permita detectar cualquier problema que deba resolver. El trasplante de las plantas suele ser necesario si las hojas han empezado a ponerse amarillas o las raíces empiezan a escaparse por los agujeros de drenaje del fondo de la maceta. Para trasplantar una planta, siga este sencillo proceso de cuatro pasos.

1. Conozca el momento de trasplantar: Las raíces de las plantas en maceta que se expanden exponencialmente con el paso de los meses necesitan ser trasladadas a una maceta más grande y, aunque esto se suele hacer en primavera, también se puede llevar a cabo durante el otoño o cuando llega el invierno. Tenga en cuenta que cuanto más tiempo permanezca una planta en la misma maceta, es más probable que los restos de sal y minerales presentes debido al riego habitual puedan crear daños continuos. Busque las raíces que se han compactado inclinando la planta de lado y aflojando el cepellón. Para ello, golpee suavemente la maceta para relajar la tierra. Deberías poder sacar la planta sin problemas y examinar el aspecto de sus raíces. Corta también en este momento cualquier crecimiento superior no esencial

2. La regla de los dos tamaños: Cuando traslades una planta de una maceta a otra, asegúrate de que la nueva maceta es dos tamaños más grande que la anterior. La maceta ideal dará a su planta un poco más de espacio para extenderse, pero no cometa el error de poner la planta en una maceta más grande que ésta, ya que correrá el riesgo de regar demasiado la planta y ahogarla involuntariamente. Asegúrate siempre de que la maceta tiene una cantidad adecuada de agujeros de drenaje y, si tiene muy pocos, haz tú mismo agujeros adicionales.

3. Sacar la planta: Cuando hayas aflojado lo suficiente la planta y notes que tiene algo de "margen de maniobra", sácala poco a poco de su cómodo manto de tierra para que las raíces queden al descubierto. Comprueba que no haya insectos y no te preocupes si algunas raíces se desprenden porque es normal. Si las raíces parecen demasiado compactadas o "amontonadas", córtalas con un pequeño cuchillo en algunos lugares para liberarlas.

4. Colocar la planta en su nuevo hogar, más espacioso: En primer lugar, llene la nueva maceta con mezcla para macetas hasta un tercio de su capacidad total antes de colocar suavemente la planta en su nueva maceta. Puedes comprar una mezcla para macetas ya hecha en cualquier tienda de jardinería o hacerla tú mismo con una combinación de tierra vegetal, fertilizante, perlita, turba y arena. Añade más sustrato en el lateral de la maceta y dale unos ligeros golpes para que quede limpio y uniforme. Al terminar, la planta debe estar enterrada a la misma altura que antes, con al menos un centímetro entre el borde de la maceta y la tierra vegetal. Una vez que estés satisfecho con esto, riega la planta y deja que el exceso drene de forma natural.

Trasladar una planta aplastada y empacada a una maceta más espaciosa y cómoda ayudará a evitar que sus raíces sufran daños duraderos que puedan afectar negativamente a su crecimiento. Piense en esta tarea como un medio para que su planta florezca y se desarrolle con el paso de los años

Este proyecto fue traducido del inglés