No se necesitan macetas de lujo ni luces de cultivo para iniciar las semillas en el interior. Planifica con antelación la apertura de los huevos. Trata de abrirlos hacia el extremo puntiagudo, lo que permite una mayor superficie de plantación.
Empieza aclarando las cáscaras y deja que se sequen al aire.
Utiliza un alfiler o una aguja para perforar la parte inferior de la cáscara. Esto crea un agujero de drenaje.