Guía esencial sobre cómo cultivar tomates en macetas

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por How-To Guides

Por Alexa Erickson


Cultivar tomates en macetas es un proceso fácil que requiere poco espacio y da grandes resultados. Esta fruta dulce y jugosa se puede cultivar en macetas en balcones, porches, terrazas o en cualquier lugar en el que se pueda colocar una maceta con luz solar adecuada. Por suerte, cultivar tomates en macetas no es muy diferente de hacerlo en el suelo, pero hay que tener en cuenta algunas cosas importantes a la hora de plantar, como el tamaño del recipiente, el tipo de suelo y el espacio entre plantas.


Aquí tienes todo lo que necesitas saber sobre cómo cultivar tomates en macetas, tanto si empiezas con semillas como con trasplantes.

Planta de tomate madura en una maceta

Foto vía DesertRose


Cómo elegir una maceta para cultivar tomates

Elegir un buen recipiente para cultivar tomates es una parte pertinente del proceso. La maceta debe ser lo suficientemente grande como para que la tierra sea adecuada y su sistema radicular importante -una planta con raíces producirá menos frutos-. He aquí el resumen del tamaño de la maceta:

  • Las variedades de tomate grandes crecen mejor en una maceta de cinco galones o más.
  • Las variedades de tamaño medio crecen mejor en macetas de uno a tres galones.


Cuando elijas un recipiente, asegúrate de que la maceta tiene agujeros de drenaje en el fondo (o taládralos tú mismo si es necesario) para evitar condiciones de humedad, que pueden provocar la putrefacción de las raíces.


Cómo plantar semillas de tomate en macetas

Antes de plantar tomates en macetas, conoce el tipo de tomate que piensas cultivar. Las variedades determinadas son ideales para las macetas, ya que no crecen más de tres o cuatro pies de altura. Pero si te sobra terreno y quieres ir a lo grande, ¡los tomates indeterminados también funcionan!


Herramientas y materiales necesarios


Paso 1: Prepara los recipientes

Llena recipientes pequeños, como cartones de huevos o vasos de espuma de poliestireno, con la mezcla para empezar a sembrar. Añade agua. La consistencia de la tierra debe ser húmeda pero no empapada.


Paso 2: Plantar las semillas

Planta dos semillas por recipiente, a unos ⅛ centímetros de profundidad. Presiona la tierra con firmeza para asegurarte de que las semillas están en contacto con la tierra.


Paso 3: Cubrir y colocar en un lugar oscuro

Cubre cada recipiente sin apretarlo con papel de plástico para mantener la humedad. Coloque los recipientes en un lugar oscuro y cálido, entre 70 y 80 grados Fahrenheit.


Paso 4: Trasladar a un lugar soleado

Las semillas deberían empezar a brotar en una o dos semanas. Una vez que lo hayan hecho, traslada los recipientes a un lugar soleado.


Paso 5: Traslado

Cuando aparezcan las primeras hojas, es el momento de trasladar las tomateras a una maceta más grande, en cuyo caso, puedes seguir las instrucciones de trasplante de la siguiente sección.

mano sujetando el cepellón de una tomatera joven

Foto vía Deltagardener


Cómo plantar trasplantes de tomate en macetas

Si decides plantar tomates a partir de trasplantes, deberás sacar las plantas de sus macetas de vivero y cavar un agujero adecuado en un recipiente lleno de tierra de calidad. A continuación te explicamos cómo plantar tomates en macetas a partir de trasplantes, paso a paso.


Herramientas y materiales necesarios


Paso 1: Añadir tierra a la maceta

Llene el recipiente con tierra de calidad para macetas. La tierra debe llenar la maceta hasta al menos una pulgada por debajo del borde.


Paso 2: Plantar los trasplantes

Deberás esperar a plantar los tomates jóvenes en sus macetas hasta que haya pasado la última amenaza de helada. Una vez que esto ocurra, cava un agujero en la tierra lo suficientemente profundo como para cubrir dos tercios del tallo del tomate de la planta joven. Esto promoverá el crecimiento adecuado de las raíces. Coloque el trasplante boca abajo en la maceta del vivero. La planta debe salirse de la maceta con facilidad y, a continuación, coloque la tomatera, primero las raíces, en el agujero, cubriendo dos tercios del tallo con tierra. Presione la tierra firmemente con la mano.


Paso 3: Añadir una jaula para tomates

Los tomates necesitan jaulas que les ayuden a crecer hacia arriba y no hacia fuera. Es una buena idea añadir un soporte para tomates ahora, así evitarás perturbar el sistema de raíces más adelante. El tipo más común de jaulas para tomates tienen forma de cono y están hechas con alambre grueso, con un extremo estrecho y puntiagudo con estacas y otro extremo redondo. Utiliza tus manos para presionar firmemente el extremo con estacas de la jaula en la tierra alrededor del borde de la maceta, y compacta firmemente la tierra alrededor de cada púa para mantener la jaula segura.


Paso 4: Cubrir la tierra

Cubre la tierra con mantillo, paja o papel de periódico. Esto asegura que la tierra se mantenga húmeda durante más tiempo, y no tendrás que regar tanto.


Paso 5: Riegue regularmente

La tierra debe permanecer constantemente húmeda, pero no saturada. Cuando el primer centímetro de la tierra esté seco, riegue a fondo.


Cómo cuidar los tomates en macetas

El cuidado de los tomates requiere dar a las plantas un buen trago de vez en cuando, un poco de alimento y mucha luz solar. A continuación te explicamos todo lo que debes saber sobre el cuidado de los tomates en maceta.


Regar

Mantén una humedad constante en tu maceta de tomates. Comprueba la tierra todos los días hasta que tengas una idea de cuánto tarda en secarse la capa superior. En las épocas más cálidas del año, la calefacción ambiental secará la tierra más rápidamente. Para contrarrestar esto, riegue las plantas por la mañana para proporcionarles humedad durante todo el día, aplicando el agua directamente sobre la tierra y evitando mojar el follaje, lo que puede favorecer la aparición de hongos. La tierra debe estar siempre húmeda pero no empapada.


Luz solar

Las plantas de tomate requieren pleno sol, así que asegúrese de colocar el recipiente en una zona que reciba de seis a ocho horas de luz solar al día. Además de la luz solar suficiente, tenga en cuenta la temperatura exterior. Si desciende por debajo de los 50 grados F o se eleva por encima de los 90 grados F, lleve su planta al interior.


Fertilizante

Alimenta tus tomates cada dos semanas durante la temporada de crecimiento (desde finales de la primavera hasta principios del otoño) con un fertilizante de liberación continua. Algunas tierras para macetas ya contienen fertilizantes, así que asegúrate de leer el contenido de la bolsa de tierra que has elegido para asegurarte de no sobrealimentar a tus tomates. Un exceso de fertilizante puede dificultar la producción de frutos o provocar un color y sabor deficientes.


Mantenimiento

La poda de los tomates favorece el flujo de aire, lo que conduce a una producción más sana de la fruta. La poda consiste en arrancar los chupones de la planta, es decir, los pequeños brotes que crecen entre los troncos y los tallos. Al cortar los chupones, te aseguras de que el agua y los nutrientes vayan a la parte de la planta que produce la fruta, en lugar de a los brotes que chupan la energía.


Si cultivas tomates de variedad determinada, pellizca los chupones cuando salgan de los racimos de flores más bajos y cercanos al suelo.


Como las variedades indeterminadas de tomates son más grandes, deberás pellizcar los chupones cuando salgan del segundo racimo de flores hacia abajo.


Soportes

Añadir soportes a tus tomateras en maceta es importante por varias razones. Los soportes levantan la planta para mantener los frutos limpios y alejados de las plagas, a la vez que promueven la circulación de aire adecuada para ayudar a prevenir enfermedades. Puedes comprar una jaula tradicional para tomates, como hemos indicado en los pasos anteriores, o puedes hacerla tú mismo doblando una valla metálica o un alambre de cerdo para darle una forma cilíndrica, conectando los extremos con alambre y clavándolo en la maceta.


Plagas y enfermedades

Si detectas alguna plaga o enfermedad, es importante identificar y atajar inmediatamente el problema para evitar su propagación.


Los pulgones son uno de los mayores agresores y se pueden identificar por su cuerpo blando en forma de pera y su color blanco, negro, marrón o incluso rosa. Se instalan en los tallos y las hojas jóvenes, dejando una sustancia pegajosa por la succión de savia. La mejor manera de deshacerse de ellos es recogerlos a mano.


Los gusanos cortadores son otra plaga a la que hay que prestar atención. Son orugas grises o marrones con manchas negras o amarillas, y dejan grandes agujeros en los tomates y atacan los tallos. Los gusanos cortadores trabajan de noche y se esconden bajo la tierra o bajo los restos de las plantas durante el día, pero si ves uno, cógelo con las manos. Para evitar una infestación, lava la tierra con frecuencia.


También hay que tener cuidado con los gusanos de la tierra. Pertenecientes a la especie de las orugas, se identifican por su color verde claro y su cuerno negro y recto. Pueden arrancar las hojas de una planta entera. Lo mejor es eliminarlas a mano. Para evitar una infestación, rocíe las hojas con agua con frecuencia y labre la tierra al principio y al final de cada temporada de jardinería.


Las babosas y los caracoles también adoran los tomates. Dejan grandes agujeros en el follaje y los frutos. Elimina a estos bichos a la primera de cambio, y detenlos en su camino utilizando bolitas de ce bo en el suelo. Cuando los bichos se comen el cebo, dejan de alimentarse inmediatamente, se vuelven menos móviles y acaban muriendo en un plazo de tres a seis días. Aplíquelo durante la noche, cuando los bichos están más activos, esparciendo los gránulos por el suelo.


En cuanto a las enfermedades, busque el tizón temprano, que aparece como manchas marrones en forma de ojo de buey en las hojas inferiores de la planta. Como medida preventiva, cubra las plantas con una capa protectora de papel de periódico cubierta con recortes de hierba sin tratar, paja, moho de hojas o compost terminado.


Otra enfermedad común es la mancha foliar de la septoriosis, que aparece como pequeñas manchas redondas en las hojas. Elimine inmediatamente las hojas infectadas. Para prevenir la enfermedad, utilice un fungicida orgánico con cobre o Bacillus subtilis.

Foto vía Stacy Ling | Bricks 'n Blooms


Cómo cosechar y almacenar los tomates

Los tomates empiezan a aparecer entre 45 y 90 días después de la plantación. Una vez que los tomates tengan un color intenso y estén ligeramente blandos al apretarlos, ¡están listos para ser cosechados! Corta el fruto de la rama con un simple giro con la mano, rompiendo el tomate de la rama. Los tomates pueden conservarse a temperatura ambiente durante una semana y en el frigorífico durante dos semanas.


¿Has cultivado antes tomates en macetas? ¡Comparte tu experiencia en los comentarios de abajo!

Este proyecto fue traducido del inglés

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