Convirtiendo este armario en un bar

Empecé por desmontar la pieza y quitar las puertas y los herrajes. Faltaban algunos de los herrajes, así que enseguida pedí unos nuevos en Amazon. De esta manera los tuve a mano cuando terminé con la barra. Lijé los cajones, la parte superior, los laterales y las puertas con mi lijadora orbital eléctrica con papel de lija de grano 120 220 y 320

Una vez lijados fue el momento de marcar mi diseño con cinta adhesiva. Yo utilizo el tipo amarillo, que está pensado para superficies delicadas. Esto es muy útil cuando se retira la cinta porque la chapa de madera vieja puede ser realmente frágil. He pintado los bordes de los cajones en negro. Para ello utilicé pintura para muebles y armarios de Valspar.

Aquí está. También puedes ver los herrajes hexagonales que pedí para esta pieza. Los puse para ver cómo quedaban y me encantó.

Mirad esas líneas tan marcadas.

También añadí unas líneas doradas junto a las negras para darle un poco de brillo.

Lo siguiente fueron las puertas. Me decanté por un increíble diseño dorado que llamo cortinas. Ya veréis por qué. Para ello utilicé la misma cinta adhesiva amarilla y pintura acrílica dorada. En la parte trasera del armario quería un espejo, para que cuando lo abrieras y las luces estuvieran encendidas la cristalería brillara como si fuera Navidad. Fui a mi tienda de vidrio local y tenía un pedazo de vidrio cortado para el tamaño exacto. Me costó unos 45 dólares. Utilicé clavos líquidos para fijar el espejo a la parte trasera

En el interior apliqué este increíble papel pintado de cebra para pelar y pegar y añadí un soporte para copas de vino colgantes en la parte superior. También compré unas luces LED que funcionan con pilas para completar el look. Una vez que todas las superficies de madera estaban completas, apliqué una capa transparente de policarbonato y llegó el momento de la foto.