Tela gratis para transformar la cesta Goofy, las latas y los soportes para ollas

Al visitar mi distribuidor de telas de tapicería favorito para comprar unos metros de Sunbrella para un proyecto de exterior, pregunté si vendían sus muestrarios caducados. Me dijeron que no, que los regalaban. Fui a la sala de costura, donde la encargada me indicó la enorme pila de muestrarios que podía llevarme, así como una caja llena de retales. "Sírvete", me dijo y me sentí como si fuera Navidad. No me lo llevé todo, aunque me hubiera encantado, pero tuve una segunda ración cuando dejé un sofá para retapizar.
Algunas muestras de tela son pequeñas, pero no tan pequeñas como para que no puedan usarse para cubrir latas de comida para mascotas y hacer pequeñas almohadas para meter dentro de las latas y producir cojines de alfileres, o cubrir latas más grandes y hacer accesorios y organizadores de escritorio. Y no tan pequeñas como para no poder enmarcarlas o utilizarlas para hacer una bolsa para un teléfono inteligente, una bolsita o -mi favorita- unos soportes para ollas tapizados. La lista de cosas recicladas que se pueden hacer con trastos y telas es casi interminable.
Por cierto, cuando se retapizan las agarraderas son más gruesas y funcionan aún mejor para evitar que te quemes.
En mi granero, encontré una bonita cesta con bisagras que había comprado hace años en las rebajas post-navideñas de Hobby Lobby. Ya sabes, cuando bajan los precios en un 90% (Hobby Lobby es uno de mis pocos y más grandes arrepentimientos por haber dejado Baton Rouge). El problema con la cesta era que era demasiado bonita. La cesta en sí estaba bien, pero la parte superior estaba cubierta con un diseño de muñeco de nieve pseudocampestre.
Elegí una de las muestras de tela más grandes para cubrir la tapa. El problema era que las bisagras estaban sujetas de tal manera que si las quitaba para recuperar la tapa, no podría volver a colocarlas. Mi solución fue grapar la tela alrededor de la tapa, pero crear un dobladillo y pegarlo con cola para tela en la zona de las bisagras. Ahora es todo lo sofisticado que puede ser un cesto tejido. Decidí no pintarla porque me gustaba la cesta en sí, y el nuevo tapizado es algo con lo que puedo vivir. Ahora, si supiera dónde puse las otras tres cestas que conseguí en esa venta...
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