¿Alguna vez te has encontrado con una mesa bonita, pero un poco rara? ¿Quizás no tenía la otra mitad para hacerla un par, o simplemente es demasiado pequeña, demasiado grande? Sea cual sea la razón, puede que te guste pero no necesariamente como mesa auxiliar.
Tengo una solución: ¡convertirla en una mesa de juegos!