Mesa de centro de liquidación con un nuevo aspecto.

Compré esta mesa de café por $30.00 y decidí que era hora de darle un lavado de cara. Nunca me gustó el color oscuro, se mezclaba demasiado con el suelo y los muebles oscuros, pero oye, ¡sólo eran 30 dólares! Esperé hasta que me cansé de mirarla y de pensar en cómo quería pintarla... y finalmente, la temperatura bajó afuera, las temperaturas más frescas entraron en acción y bam, mi nivel de energía subió y ¡salió la brocha!
Mezclé mi propia pintura de tiza (3 partes de pintura de látex, 1 parte de yeso de París y agua), la pinté, le di un toque y la enceré.
Nuestros nietos utilizan esta mesa de centro para merendar, golpear, derramar su leche y guardar sus películas. Le han dado carácter a esta bonita pieza y seguirán haciéndolo. Eso es lo bueno de no gastar mucho en muebles, se trata de poder usar algo, cambiarlo, ver a los nietos divertirse y no preocuparse si se le chorrea helado o se mancha con Cheetos.
Mi viñeta otoñal... completa con cobertizos encontrados por el marido, plumas de pavo, mi tarro de albañil de color favorito (a la espera de ser llenado con bellotas que aún no he conseguido), una vela que envolví con un trozo de papel de desecho que parece corteza y atado con cordel y este pequeño y dulce dicho que descargué de un blog que sigo.
La estampa dice: "Estoy tan contenta de vivir en un mundo donde hay octubres".


¿No te encanta el otoño?

Este proyecto fue traducido del inglés