Cuando me mudé a esta casa, había que repintarla por completo. Aproveché la oportunidad para actualizar mi decoración, pero no quería comprar todo nuevo. Había estudiado detenidamente innumerables revistas y sitios web de decoración, y sabía que tenía que elegir colores que me gustaran. Sin embargo, no quería volverme loca con la pintura y otros acabados, ni comprar muebles de colores salvajes de los que pudiera cansarme antes de que se desgastaran. Decidí ceñirme a los básicos (sosos) para los muebles y las telas principales, como mis cortinas y la ropa de cama, y añadir toques de color con cosas pequeñas, como cojines, jarrones, cuadros, etc.(Realmente me gustaría pintar toda mi casa de violetas, azules y tonos de rosa y rojo, pero tenía miedo de cómo quedaría).Como me encantaban los colores de la alfombra de mi dormitorio y los cuadros que puse encima del sofá, me inspiré en ellos.