Serie "Conservar la cosecha": Hablemos de Frambuesas

La serie Conservar la cosecha presenta una nueva fruta o verdura cada martes con el objetivo de ayudarle a sacar el máximo partido a las frutas y verduras frescas cosechadas durante la temporada alta. Conservar la cosecha abastece las estanterías de tu despensa y tu congelador con alimentos integrales con los que puedes sentirte bien, alimentos que saben muy bien, y este enfoque te permite ahorrar dinero. Un enfoque sensato de la sostenibilidad. A continuación, las frambuesas.
Hablemos de las frambuesas.


La planta de la frambuesa es una planta perenne con tallos leñosos y frutos comestibles. Existen múltiples variedades de plantas de frambuesa, cada una de las cuales produce una baya única y colorida.


La frambuesa roja es la más popular y es, con mucho, la mayor cosecha de frambuesas cultivadas comercialmente. Si tienes la suerte de tener un mercado de agricultores cerca, puedes encontrar frambuesas negras, azules, amarillas y doradas a la venta. Todas las frambuesas tienen un sabor similar, con un rico aroma a frambuesa muy característico.
Si planeas cultivar frambuesas, es bueno que pienses en el tipo de cultivo que quieres tener. Las plantas de frambuesas pueden ser de verano (crecen una cosecha por temporada en verano) o de siempre (dos cosechas en primavera y otoño). Yo tengo plantados ambos tipos.


Mis frambuesas comienzan a producir a finales de la primavera y tengo bayas continuas hasta el otoño. Las frambuesas prefieren los climas más fríos, pero son adaptables y pueden cultivarse en casi cualquier lugar. Son relativamente fáciles de cultivar, pero hay que cuidarlas con regularidad para que no se les vaya de las manos. La poda es imprescindible para conseguir una buena producción de fruta. No es difícil, pero no se puede descuidar.
Las frambuesas deben almacenarse en una sola capa en un recipiente a prueba de humedad. No aclare las bayas hasta que estén listas para ser consumidas. Las frambuesas frescas se conservan en el frigorífico durante unos 3 días.
Las frambuesas se pueden congelar con muy buenos resultados. Para congelarlas, enjuague ligeramente las bayas y colóquelas sobre una toalla de papel para que absorban la humedad extra. Coloque las frambuesas en una bandeja para hornear en una sola capa y colóquelas en el congelador hasta que se congelen. Una vez congeladas, retire las bayas y colóquelas en una bolsa de congelación resistente o utilice un sellador al vacío. Las bayas congeladas pueden conservarse hasta un año.

Este proyecto fue traducido del inglés